lunes, 5 de agosto de 2019

18. Liberación del Señor Guerrero

Juan nunca logró crear lasos afectivos con su padre, al punto de planear su asesinato, gracias  a la espiritualudad salesiana no se llevó a cabo (Cap. 2 Ep. 4), planeaba cumplir 18 años y regresar a casa de su tía Flery, En ese tiempo el alcoholismo del Señor Guerrero había tocado fondo y había perdido todo, lo despidieron de su empleo en Inecel, vendió el terreno en Cumbayá, la microempresa quebró, la pobreza les obligó a ir a vivir al norte, en el Comité del Pueblo, en casa de la abuela Rosidna, se había perdido todo el respeto entre los miembros de la casa. 
Era un domingo, luego de la infaltable borrachera de sábado, el señor Guerrero aun estaba algo mareado, llamó a Juan y le dijo que faltaba 3 meses para que cumpliera 18 años, que no tenia dinero para seguir dándole estudios ni manutención, que apenas cumpliera mayoría de edad debía decidir que hacer con su vida, en ese preciso momento Juan realizo el proceso bíblico de confirmación, es decir preguntó al señor Guerrero 3 veces si estaba seguro, luego de la tercera confirmación ejecutó según lo planificado, realizo 2 llamadas desde el teléfono de la abuela, la primera a su tía Flery para confirmar que llegó el momento, ella ya le esperaba con un colchón al suelo en su misma habitación  a lo que sus humildes condiciones le permitían pero con el cariño de siempre. La segunda llamada fue al primo Patricio, que en ese entonces tenia camioneta, para que lo recogiera y ayude a llevar sus pocas cosas, tan solo puso su ropa y libros en una sábana y estaba listo el equipaje, en media hora la camioneta esperaba en la puerta, al despedirse Juan pidió la bendición al padre, negándole respondió “lárgate de aquí”, la abuela lloraba mientras Cumi, la madrastra buena, intentaba hacerle desistir con su acostumbrada frase “Juanito esta haciendo mal las cosas”, pero Juan sabia bien lo que hacía y respondió que el pretexto para separarle de su familia hace 7 años fue económico con promesas de estudio y bienestar según un juramento a mama Irma que ha sido pisoteado, ahora era tiempo de construir un futuro para el misme y por el misme lejos de ese entorno de violencia. Luego de agradecerle a Cumi por todo salió de esa casa cerrando esa etapa de su vida.
En el camino al sur el viento que entraba por la ventana de la camioneta remplazó las lágrimas por esperanza y libertad, ya en el sur su tía lo recibió y con ello venían nuevos retos, pues la única herencia recibida fue la deuda de varios meses de pensión en el caro colegio Don Bosco y un año entero de gasto pues Juan aun estaba en 5to curso. Grandes retos para la tía Flery. 



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