domingo, 19 de mayo de 2019

4. De la admiración al desprecio

Cabe recordar el humilde entorno socio-económico de la familia Pinto, hasta el año 2000 nadie en la familia había conocido la universidad y en su mayoría vivían al día con oficios de comerciantes. Con este antecedente, la llegada de un padre profesional, con dinero y posición social, al inicio ilusionó y hasta provocó orgullo en Juan, pero día a día la verdad dejaba decepción, el machismo e infidelidad anularon al hombre y caballero, el alcoholismo y violencia reemplazaron a la educación y responsabilidad. Para cuando Juan tenía 14 años ya evidencio la vida cotidiana del señor Guerrero, se perdió por completo el respeto y  más bien le daba miedo,  como siempre decía “en esta casa el padre parece el adolescente y viceversa”, en efecto Juan nunca tuvo experiencias de todo adolescente por las prohibiciones de su padre que lo aislaron, todo su entorno social debía ser a escondidas y porque tenía que asumir con madurez la responsabilidad de la casa junto a Cumi su madrastra, al poco tiempo se creó una rivalidad entre los dos hombres de la casa y una constante competencia de liderazgos, por un lado de Juan con criterios de igualdad de condiciones sin diferencias de edad, géneros, nivel académico, etc. Por otro lado él señor Guerrero con  violencia, discriminación de toda índole, niveles jerárquicos, esa situación lo llevó a tomar una actitud de capataz de hacienda en época feudal,  por todo ello nació en Juan un intenso odio hacia su padre, llegando al punto de planificar su asesinato apenas cumpla la mayoría de edad, gracias al destino y a los valores salesianos que estaban llegando, estos ideales fueron reemplazados por la distancia y el olvido entre les dos personajes.

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