jueves, 30 de mayo de 2019

7. Siloé 1, inicio del camino misionero

Desde niñe Juan se caracterizó por su vocación de servicio (Cap. 1 Ep 15), ya a sus 14 años en el colegio seguía buscando opciones de ayuda social a los más vulnerables de entre sus compañeros que necesiten orientación, consejo, desahogo o compañía. Su más que mejor amigo Joshua (Cap. 2 ep. 6) le comentó que Víctor. el profesor de religión, le había propuesto crear un grupo misionero,  aunque había otros grupos de cursos superiores, sería el primer grupo de niveles básicos, Juan y Joshua iniciaron la convocatoria para formar parte del grupo misionero del ciclo básico del Colegio Don Bosco. Fue iniciativa de Joshua que el grupo se llamara Siloé, que significa enviado en arameo, según el pasaje bíblico Jn 9,1-11, luego de un mes ya eran 12 los apóstoles de Víctor y el proceso de formación había iniciado, nadie se imaginaba que ese juego de adolescentes idealistas llegaría a ser una opción para toda la vida. Aunque el tiempo transmutó los conceptos y creencias, es inolvidable esa eucaristía de bendición de sus camisetas y aquel primer envío misionero, con lágrimas en los ojos juraron juntes una vida de servicio social,  frente al altar de la parroquia Don Bosco del Barrio La Kennedy. 

Entre los años 2002 y 2004 Juan formó parte de este grupo misionero primero como subcoordinador y luego como secretario hasta que terminó el décimo curso, en este tiempo se fortalecieron lazos de amistad, aumentaban las experiencias formativas en encuentros, congresos, viajes y un sin número de aventuras que hicieron mágica la adolescencia de Juan, la convicción y espiritualidad salesiana fue tan fuerte que todo esto lo hizo a escondidas del Señor Guerrero, su padre, hasta después de  unos años que lo pudo enfrentar.

El grupo misionero quedó formado para las siguientes generaciones, los fundadores del grupo habían terminado el ciclo de estudios básicos y tenían que continuar el ciclo diversificado, Víctor el formador también tomó otro rumbo, esa misma espiritualidad salesiana era la única motivación de Juan para seguir los estudios en secundaria, no la carrera técnica sino continuar su formación misionera. 

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